jueves, 19 de mayo de 2011

¿Qué me pongo?

¿Qué elemento une a ricos y pobres? ¿A hombres y mujeres? ¿A españoles, chinos y sudamericanos? ¿A jóvenes y mayores?... Los pantalones vaqueros.

Si te paras a pensar, poquitas cosas son tan universales como esta prenda de vestir, que unos usan para trabajar en el campo y otros como elemento fashion-chic de un look "arreglao pero informal".

En un mismo vagón de metro he visto a todos estos personajes: fontanero con vaqueros, pija con vaqueros, chino con vaqueros, abuelo con vaqueros acompañando a su nieto con vaqueros... Lo único que distingue a unos de otros es la etiqueta, que la mayoría de las veces no se ve, y por supuesto el precio de esta etiqueta.

La verdad es que la forma de vestir que se ve en el subterráneo es bastante osccura, como los túneles que vamos atravesando de estación en estación. Pero siempre, entre esa marea gris, hay alguien que destaca: una camisa de flores hawaianas, unos pantalones rojos, o unos calzoncillos fosforitos asomando por el pantalón caído de alguien que está deseando llegar a casa para ponerse el pijama a la altura correcta y poder andar con normalidad.

Pero yo hoy me he encontrado con una valiente. Valiente, o pobre... creo que me decanto por la segunda opción. Una señora muy arreglada, con un vestido rojo fuego y un elegante o llamativo (creo que también me decanto por la segunda opción) tocado "Made in China". Iba acompañada de su trajeado marido , lo sé porque iba cogida de su brazo, y mi hipótesis principal es que se dirigían a una boda. De ahí lo que decía de pobre, porque ir a una boda en metro... no es algo que se vea todos los días. Aunque tal y como están las cosas no descarto ver a una novia intentando entrar en un vagón y peleando por que no le pisen el vestido.

Pues bien, esta arreglada pareja se ha convertido en el centro de atención. Y es que salirse de la norma tiene una cualidad intrínseca: que te miren. Aquí vemos la importancia del contexto, o más bien de salirse de él. Aunque probablemente, este contexto también sea económico: "Si vas en el metro es porque no tienes mucho dinero, así que vístete como tal". Pobre mujer, hoy ha entendido que la sección de vestidos del Corte Inglés y el metro de Madrid no son compatibles.

Así que después de todos estos aprendizajes, propongo una idea creativa para BuyVip, una tienda online especializada en ropa de lujo a precios asequibles. Sí, ropa de lujo a precios asequibles es algo contradictorio, pero ya sabéis, "Antes muerta que sencilla", y "Antes no como que quedarme sin mis Manolo".





sábado, 14 de mayo de 2011

Discreta, pero eficaz

En uno de mis intensos viajes en metro me percaté de un detalle, y lo vengo observando desde hace tiempo, o más bien escuchando: los distintos tipos de melodías de móvil. ¿Cuántas distintas podríamos encontrar? Me atrevería a decir que las mismas que personas... El clásico ring ring, la última canción de Lady Gaga, unas risas de bebé... 

Y una vez que he escuchado varios de estos tonos, por no decir muchos, me atrevo a escribir mi primer razonamiento: CON UNA SIMPLE MELODÍA DE MÓVIL PODEMOS DESCIFRAR LA PERSONALIDAD DE SU DUEÑO.

¿Cómo es una persona que utiliza un típico "Ring Ring"?  Tradicional, probablemente tímido,y alguien al que  no le gusta arriesgar ni llamar la atención. A esta melodía seguramente le acompañará una indumentaria discreta, y esa persona apartará la vista cuando le mires a los ojos.

¿Y una persona que utiliza el último Hit de los 40Principales? Actual (que no moderno), sociable, seguramente le gustará estar a la moda (comercial)  y cambiará la melodía de su móvil tanto como sus gustos musicales. A estas personas no podrás mirarlas a los ojos, porque seguramente estarán sumergidas en algún aparato electrónico como puede ser un MP3.

¿Y aquel que utiliza el himno de España? Será una persona tradicional, orgullosa de sus orígenes, sin problemas de timidez y muy probablemente complementará esta musiquita con una bandera de España en la muñeca. Este tipo de personas te mirarán a los ojos, y serás tú el que tengas que apartar la mirada.

Pues bien, analizados distintos perfiles, me pongo a pensar en mí misma... Y para mi sorpresa descubro que llevo años usando el vibrador del móvil. Siempre.En un primer momento, pienso "¿será que no tengo personalidad?". Pero enseguida encuentro la respuesta:

YO SOY UNA PERSONA DISCRETA, PERO EFICAZ. No me gusta sobresalir por mis formas, en todo caso por mis méritos. Puedes llamar la atención, gritar muy alto, que con el actual barullo social,  nadie te escuchará. Y todo se quedará en una llamada perdida al éxito...

Me voy a permitir dar un consejo, sólo uno. Seguramente todos hemos visto personas a las que les suena el móvil y se apresuran a apagarlo porque la melodía que usan les hace sentir ridículos y avergonzados. Que no te pase lo mismo. NO INTENTES SER LO QUE NO ERES.


Si como yo, utilizas el vibrador a modo de melodía, necesitarás a tu lado a personas atentas que sepan descubrir tu verdadero potencial. Personas sensibles a los pequeños detalles, y que no se dejen engañar por aquel que grita más alto. O por aquel que tiene la melodía de móvil más estrafalaria.

Si lo que persigues es hacer vibrar a la gente, LA LLAMADA AL ÉXITO ESTA VEZ NO SERÁ PERDIDA.

lunes, 9 de mayo de 2011

Próxima estación...

Me he parado a pensar en las horas que paso en el metro de Madrid. Últimamente muchas, quizás demasiadas. Llevo 4 meses pasando 2 horas al día en el subterráneo: 4 meses, a 22 días laborables hacen un total de 176 horas, o lo que es lo mismo, 7'3 días.

Lo que para mucha gente es una pérdida de tiempo, para mi es una ganancia en conocimiento. Ni siquiera leo en el metro, me limito a observar: comportamientos, conversaciones, formas de vestir... Hay gente a la que parece que ya conozco, como ese padre que acompaña a su hija al colegio y que no puede parar de mirarla y sonreir. O ese hombre que se sienta en un banco a leer el periódico y deja pasar el tren si el que pasa va muy lleno.

De toda esta gente he aprendido mucho sin que ellos lo sepan. Pero ha llegado el momento de contarle al mundo lo que sucede en un vagón sin que nadie se percate. Sucesos fugaces e inapreciables para algunos, pero emocionantes e inspiradores para mí.

Aquí comienza Un Metro de Inspiración.