Hoy empieza el verano, aunque hace ya un mes que nos pusimos los zapatos sin calcetines, y un par de semanas que desenpolvamos las sandalias. Sí, hoy empieza el verano, aunque mañana no vaya a la piscina ni tenga esas ansiadas vacaciones.
Pero es igual, alguien dijo que hoy era el sosticio de verano, y las noticias tienen cubierta media hora con esta esperada y cotidiana novedad.
Son muchas las señales que nos avisan de la llegada de esta nueva estación: las coletas improvisadas, las tiritas en los pies, las rojeces (que no rubores)...Es momento de afrontar la blanca secuela del invierno y enseñar esas piernas que tanto tiempo llevan a la sombra.
Y cómo no, el verano no sólo ha llegado al Corte Inglés, sino que también ha llegado al metro de Madrid: hace tiempo que se sufren los sudores mañaneros y que el plano de metro cubre la segunda función de abanicar acaloradas señoras. Supongo que esto también es veranear, o por lo menos la parte de veranear que este año conoceré...
¿A dónde va la primavera cuando llega el verano? Yo me voy para allá...
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